Cuatro dias atras se cumpliò otro aniversario de mi llegada a este hermoso pais llamado Italia.
Vine con 2 valijas y tantos sueños. Lleguè un dia de mucho calor, como hoy y casi me descompongo en la estacion de Milan, porque para variar viajè con mi compañero Andres.
En la estacion de R.E. estaba mi tio. Luego de un viaje en auto llegamos a su casa, ahi estaba mi tia (prima de mi madre) y las nietitas esperandonos.
Los dias siguientes fueron debastadores, tenia el sueño cambiado por el jetlag osea que estaba despierta de noche y a la mañana no me podia levantar. Para colmo la nena mas grande, que venia a romper las bolas a la mañana temprano, me preguntaba “si me sentia mal” porque eran las 10.00 am y yo todavia estaba en la cama. Era dificil explicarle a una nena de 5 años y a su abuela (a ella era mas dificil todavia) el tema de la diferencia horaria, entonces para que no piensen que era una vaga me levantaba como una zombie para morirme de calor e improvisarme baby sitter de dos niñas rompepelotas de 5 y 2 años…
Los dias pasaban y entre llamados a Argentina, busqueda de trabajo, visitas a la biblioteca (que significaba internet gratis!) me sentia menos lejos de casa y mas cercana a esta nueva realidad.
No sè bien que es lo que me convenciò a quedarme, porque recuerdo que la primera semana fuè un mar de lagrimas, extrañaba mucho, pero sabia que en el fondo este cambio lo habia deseado yo y lo unico que podia hacer era mirar para adelante y recordar mi vida en Argentina con amor, como se recuerdan las epocas pasadas.
Hoy vienen a mi mente tantas vivencias y cosas lindas que me pasaron acà: entre ellas el nacimiento de mis hijos, que sè lo mucho que me va a costar dejar este pais.
Las dos valijas que traje el dia que lleguè ya no tienen ruedas, sino algo parecido a las raices.
Vine con 2 valijas y tantos sueños. Lleguè un dia de mucho calor, como hoy y casi me descompongo en la estacion de Milan, porque para variar viajè con mi compañero Andres.
En la estacion de R.E. estaba mi tio. Luego de un viaje en auto llegamos a su casa, ahi estaba mi tia (prima de mi madre) y las nietitas esperandonos.
Los dias siguientes fueron debastadores, tenia el sueño cambiado por el jetlag osea que estaba despierta de noche y a la mañana no me podia levantar. Para colmo la nena mas grande, que venia a romper las bolas a la mañana temprano, me preguntaba “si me sentia mal” porque eran las 10.00 am y yo todavia estaba en la cama. Era dificil explicarle a una nena de 5 años y a su abuela (a ella era mas dificil todavia) el tema de la diferencia horaria, entonces para que no piensen que era una vaga me levantaba como una zombie para morirme de calor e improvisarme baby sitter de dos niñas rompepelotas de 5 y 2 años…
Los dias pasaban y entre llamados a Argentina, busqueda de trabajo, visitas a la biblioteca (que significaba internet gratis!) me sentia menos lejos de casa y mas cercana a esta nueva realidad.
No sè bien que es lo que me convenciò a quedarme, porque recuerdo que la primera semana fuè un mar de lagrimas, extrañaba mucho, pero sabia que en el fondo este cambio lo habia deseado yo y lo unico que podia hacer era mirar para adelante y recordar mi vida en Argentina con amor, como se recuerdan las epocas pasadas.
Hoy vienen a mi mente tantas vivencias y cosas lindas que me pasaron acà: entre ellas el nacimiento de mis hijos, que sè lo mucho que me va a costar dejar este pais.
Las dos valijas que traje el dia que lleguè ya no tienen ruedas, sino algo parecido a las raices.
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