Cada maestrito con su librito

Cuando quedè embarazada deborè, a parte de mucha comida..., cuanto material se me cruzaba de puericultura y desarrollo del bebè. A medida que mis hijos iban creciendo, me dì cuenta que habia "recetas" o tecnicas que con los mios nunca sirvieron. Soy bastante abierta a las experiencias de otras madres y me gusta compartir vivencias mucho mas que leerlas de un libro, por eso probè, por ejemplo, el metodo Estivil y luego de 2 noches de hacer llorar a mis hijos como marranos decidì que para ellos no era lo indicado. Entonces fuimos pasando por varias estapas para dormir: brazos, cochecito, en la cama mirando la tele, hasta que hoy por hoy puedo decir que se duermen solos cuando los dejo en su cuna. Este preambulo es para comentar que muchas veces las madres vamos aplicando la prueba-error hasta encajar con lo que va para nuestros hijos, y sabemos perfectamente que es lo mejor para ellos.

Esta semana mis hijos empezaron el jardin y al parecer las maestritas tienen un metodo todo suyo de "adaptacion". El primer dìa me quedè con ellos un par de horas y luego nos mandaron a casa. El segundo ya los dejamos y los volvimos a "retirar" en 2 horitas. Ayer lo mismo. Recien hoy 4to dia se quedaron a comer. Supuestamente en DOS SEMANAS MAS se quedarìan a dormir la siestita y los irìamos a buscar a las 15.45! Tanto mi marido como yo trabajamos y necesitamos de la guarderia para continuar con nuestras actividades, pero parece que las maestras no lo entienden.

Esta mañana las encaramos diciendo que necesitamos dejarlos a dormir a partir de la semana proxima explicando nuestras motivaciones mas que fundadas.

Entonces la maestra que voy a llamar "Flaquita mala onda" se negò rotundamente, preguntando si no teniamos a nadie que los tuviera y comentando solapadamente que "no nos habiamos organizado bien", no se a que se referiria, quizas deberia haber hecho venir gente de Argentina para que me los cuide, porque ellos no me brindan el servicio? Ingidnadisima le respondì que si tuviera a alguien ni pensaria en mandarlos a guarderia. Tenia ganas de decirle: "No, si los traigo porque me gusta que se agarren todas las pestes del mundo y que de yapa los eduque una idiota como vos"

En eso entra la maestra que parece ser Mandamas y muy amablemente nos hizo pasar a otra habitacion dejando a Flaquita M.O. pagando. Entonces le volvimos a explicar como era la situacion, que estamos solos y que no podemos de ninguna manera seguir pidiendo permisos en el trabajo. Mandamas, que parece mas comprensiva y se nota que es una señora con experiencia, nos dijo: "Bueno, pero tienen que saber que el hecho de quedarse a dormir es un proceso muy traumatico y que se debe hacer gradualmente y que Freud y que Lacan y que Edipo y bla bla bla ". Demasiada psicologia barata para mi gusto, muchas palabras y pocos hechos.

A lo que le contestè: "Mirà que mis hijos si tienen sueño se duermen en cualquier lugar, a parte ellos ya vinieron el año pasado, con lo cual estàn acostumbrados a dormir acà"

A regañadiente Mandamas aceptò, no sin antes adosarnos la culpa del potencial sufrimiento de nuestros hijos (?)

La otra cosa que me puso de la cabeza es que Flaquita M.O. lo encarò a Leandro para "explicarle" como tiene que saludar a nuestros hijos cuando se va. El año pasado èl los dejaba y se iba sin que se dieran cuenta, las maestras de ese entonces tenian esta teoria y funcionaba bien. Parece que los libritos de crianza que leyò Flaquita M.O. dicen que al niño no hay que mentirle, no importa si sufre o no, los padres lo tienen que saludar y explicarle que no lo abandonan, decirle "la palabra magica"(y les juro que es textual): VOLVERE'!!! como si una criatura de 30 meses entendiera este concepto.

Tengo muchas ganas de preguntarle a Flaquita M.O. cuantos hijos tiene. Se que la respuesta es ninguno, ya que a la legua se ve que es una nena de mamà que en su puta vida cambiò un pañal. Entonces cuando me conteste lo evidente decirle: "Gracias por tus consejos pero yo conozco mejor que nadie a mis hijos y soy yo quien decide no hacerlos sufrir, no pienso saludarlos por mas que vos digas que son las reglas"

Veremos si tendrè que decirselo o si su necedad desaparecerà al ver que todas las mañanas mis hijos lloran desconsoladamente y es ella la que tiene que aguantarlos asi. Quizas ahì se de cuenta solita que la realidad es muy distinta a la ficcion de sus libritos de pedagogìa.