VERGÜENZA AJENA

Mis amigas saben que mis nenes nacieron prematuros, para los que no lo sabìan les cuento que estuvieron 1 mes en neonatologìa. Durante ese mes, sobre todo los primeros dias, iba al hospital en autobus, ya que tenìa los puntos de la cesarea y me daba terror manejar. Sobre todo encontrar estacionamiento en los alrededores del hospital de Modena era todo un reto. Asi que me armaba de paciencia, de los horarios (poco frecuentes) del colectivo y emprendìa mi viaje. El primer año que vivì en Italia no tenìa auto, asi que tomaba el mismo bondi que va al hospi y que me dejaba en la puerta de mi antiguo trabajo, aveces llegaba una hora antes a trabajar porque la frecuencia de los autobuses es cada 1 hr. y en verano, cuando no hay escuelas, cada 2 o 3 hs...
Esto no tiene nada que ver con lo que me pasò, es solo para que tengan idea por què todo el mundo anda en auto acà, practicamente no tenes opciòn a otra cosa, muy ecològico por cierto!
En una de mis idas hacia el hospital, me encontrè con una "compañera" de viaje de esa època. Una mujer de unos 60 años muy charlatana y metida, esas que primero hablan y despues piensan, ese tipo de personas que caen bien los primeros 5 minutos y despuès querès tirarte por la ventanilla para no escucharla mas.
Cuestiòn que me reconoce y me saluda, nos ponemos a hablar y simultaneamente conversaba con otras personas. No se ni còmo ni por què saliò el tema de los nombres. En eso la tipa dispara algo asì como: "Yo no sè... ahora se usan esos nombres extranjeros que suenan tan mal como por ejemplo Nicolas".
Uyyy para què!! yo, madre puerpera, con un hijo llamado Nicolas en incubadora, no podìa quedarme callada. En otras circunstancias quizàs lo hubiese pasado por alto, pero en ese momento no pude aguantar y le dije con una sonrisa ironica: "Sabès que uno de mis mellizos se llama Nicolas?!"
La pobre mujer se querìa matar y no se que tonterìas me dijo para justificarse.
Aveces hay que medir nuestras palabras, me ha pasado tambien ser la bocona de turno, pero con los años estoy aprendiendo a callar.
Como dice mi hermano Pablo: Sos dueño de tus silencios y esclavo de tus palabras. Una vez mas tiene razon.