No, no fuì a una guerra por suerte. Pero no creo exagerar si digo que gracias a un soldado no terminè en un hospital.
Es dificil resumir en pocas lineas lo que fueron estos meses, porque aunque me parezca mentira ya van varios meses que no toco este blog.
Voy a empezar por el final de la historia: 9 mujeres terminan de trabajar y el ascensor o mejor dicho montacargas que las tiene que trasportar a la planta baja, se bloquea. Sumemos a la situacion de encierro 2 claustrofobicas que gritan y lloran como locas (no era yo ninguna de ellas, aunque no me faltaron ganas), el calor sofocante de una noche de fines de mayo y el oxigeno que empieza a escasear.
Gracias a Dios del grupo de mujeres una de ellas no habia subido al fatidico montacargas y pudo pedir ayuda. Todo esto se desarrolla en una academia militar centenaria donde las distancias son kilometricas, la senial del celular obviamente es nula y nadie podria escucharte hasta el otro dia donde encontrarian solo los fiambres de 9 minas que terminaron sus vidas de la forma mas escualida que se podria imaginar....
Puedo asegurar que los minutos son horas cuando uno se encuentra en una situacion semejante y te da la impresion que desde afuera nadie esta haciendo lo suficiente para ayudarte, los bomberos tardaron casi una hora en llegar y cuando llegaron ya estabamos afuera. Derepente en ese encierro desesperante el ascensor se empieza a mover de a un centimetro a la vuelta, muy lentamente alguien nos estaba haciendo subir y no era Dios (por suerte!!), de a poquito la pared se fuè conviertiendo en puerta, en esa puerta que tanto deseabamos que se abriera para que al menos nos llegara el aire, y en una abrir y cerrar de ojos estabamos afuera con una de nosotras inconciente y los primeros auxilios de los bomberos (que por fin habian llegado!)reanimandola. Era el soldado desconocido que se metiò en la cabina de comandos del ascensor y empezò a tirar de una cadena para salvarnos. Un pibe de unos 20 anios, con la remera sudada del esfuerzo y los ojos rojos de la emocion por habernos ayudado. No nos alcanzaron las palabras para decirle gracias. Que Dios lo bendiga!! nunca supe su nombre, y no creo volver a verlo nunca porque a ese lugar no volverè jamas, pero se lo voy a agradecer mientras viva.
La noche no terminò ahì, era mi ultima noche de trabajo en el restaurant de la academia militar y nunca pensè que iba a tener tanta mala suerte en una sola noche...
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5 commenti:
Qué fea sensación quedarse encerrada en un ascensor! Después te todo, no fue mala suerte... Tuviste suerte al encontrar al soldadito desconocido y valiente que las liberò!
Besos
Querida tanta mala suerte NO, tuvieron mucha fortuna porque estaba ese ANGEL para rescatarlas, gracias a Dios todo fue un susto MUCHA SUERTE
Qué experiencia aterradora!!!!!!!!
Nunca viví algo similar por suerte, mi papá nunca me contó pero tal vez le pasó algo parecido porque siempre decía que si nos pasaba mantengamos la calma e intentemos salir siempre por el piso de arriba y no por el de abajo...
La verdad yo no sé si me hubiera puesto más nerviosa con la situación o con las otras dos que gritaban, o aún por el calor.
El soldado un genio, quién lo hubiera dicho no? para un hombre y miliatar para colmo es dificil ponerse en el lugar, para ellos seguro no era nada importante.
Reconforta cada tanto encontrarse con gente así.
Me alegro que de todas formas no trabajes más en ése lugar.
Se extrañaba por el mundo blogger.
Te mando un beso grande.
Recién leo el post!! Qué mal momento por favor! Y qué suerte que alguien pudo ir a pedir ayuda!!!
Besotes, y ahora a contar el después de "la noche no terminó ahí"!!
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